lunes, 16 de enero de 2012

La tumba de Dracula: Lucha a muerte contra el megalómano cerebro comunista

Marv Wolfman se siente por fin cómodo en una colección que es ahora muy diferente a aquellos seis números iniciales. Además de desplazar el protagonismo hacia unos personajes con mayor potencial que Frank Drake, la presencia de Drácula comienza a ser en algunas entregas un simple cameo. Los argumentos dan importancia a todos los miembros de este reparto coral (es significativo que todos los personajes de la colección protagonicen al menos una portada) a partir de números que pueden leerse de manera aparentemente independiente. Sin embargo, cada uno de los comic-books deposita pequeñas pistas que hacen avanzar unas subtramas imparables, con lo que podríamos compararlo con la narración de una novela.

Algunos ejemplos destacados de estos capítulos que parecen independientes son el Tomb of Dracula #22, en el que Wolfman muestra la versión rusa del mito vampírico, o el magnífico TOD#25 protagonizado por Hannibal King, detective privado y vampiro al mismo tiempo. Este último número es un relato de serie negra en el que King debe resolver un misterio en el que Drácula está implicado. A lo largo de sus 22 páginas se dan once pistas ocultas (algunas más obvias que otras) para descubrir la naturaleza vampírica del investigador, que poco después serían listadas en el correo de los lectores del número #28. Este cómic se convirtió inmediatamente en uno de los favoritos de los lectores e incluso llegaría a ser reeditado en el mismo formato en la década de los 90.

Hannibal King en medio de una investigación

Con Marv Wolfman la Tumba de Drácula no sólo comienza a dedicarse a desarrollar la psicología de los personajes, sino que también cumple las expectativas más comerciales de los lectores y los jefes de la editorial, que no quieren que haya lugar a dudas de que nos encontramos ante una colección Marvel. Wolfman se vió obligado a realizar crossovers con otras colecciones, aunque sabía que no todos los personajes encajarían con el tono lúgubre del Señor de los Vampiros. El primer cruce tuvo lugar en el Giant-Size Spider-man #1 (1974), en el que Drácula y Spiderman apenas se ven el uno frente al otro. El otro se produjo dentro de la propia colección de Drácula y tuvo más lógica al tratarse de un enfrentamiento con el Hombre Lobo (Tomb of Dracula #18 y Werewolf by Night #15). Tom Palmer tuvo la ocurrencia de entintar las apariciones de licántropo imitando al dibujante regular del Werewolf, Mike Plogg, pero fue algo que sin embargo no entusiasmó a los lectores.

La pelea entre los dos monstruos

Precisamente Tom Palmer se había convertido en el entintador regular de la colección desde el número 12, lo que fue una alegría tanto para los lectores como para el propio Gene Colan. Este equipo de guionista y dibujantes no cambiaría hasta el final de la colección, con lo que se convirtió en el equipo regular más longevo de la editorial Marvel.

Otros de los números más destacados de esta colección fueron los TOD #15 y #30, formados por historias breves sobre Drácula ambientadas en diferentes momentos. Con ellos Wolfman consiguió tanto homenajear la estructura clásica de los comic-book de terror como profundizar en la personalidad de este vampiro y su pasado. Leer el diario personal de Drácula es una rara ocasión de entrar en su compleja mente y estudiar su visión de la vida (o la no-muerte) y sus intentos de engañarse a sí mismo. Por otro lado, refuerza la reformulación de la colección realizada por Wolfman en el TOD#7 al mostrar a este vampiro muriendo por última vez tres años antes del primer número de Tomb of Dracula.

A partir de todos estos relatos autocontenidos Wolfman crea dos grandes tramas, una que abarca desde el TOD#9 al #21, y otra desde el #22 al #35. En la primera Drácula, acabará enfrentándose al Doctor Sol, un científico chino comunista reducido a un cerebro viviente conectado a grandes computadoras. Este homenaje a las historias de terror de los años 50 intentará dominar a Drácula porque necesita sangre para poder vivir y, como cualquiera puede imaginar, no hay nada mejor que el protagonista de esta colección para conseguirla.

El origen del Doctor Sol

Tras este encuentro el rey de los Vampiros será dado por muerto y el grupo de Harker se disolverá. Debido a que Frank Drake no se ve a sí mismo como merecedor del amor de Rachel Van Helsing, buscará valor y hombría en un viaje a Suramérica donde acabará enfrentándose a un ejército de zombis junto al Doctor Vudú (un peculiar superhéroe de la época). Por su parte, el mudo Taj viajará a su India natal para poner fin a unos asuntos familiares sin resolver. Blade protagonizará sus propias historias en solitario (en el siguiente post se comentará más sobre el tema), por lo que Quincy y Rachel se quedarán solos cuando llegue uno de los enfrentamientos más trepidantes y dramáticos entre Drácula y el cazavampiros lisiado en el TOD#32.

Si al enfrentarse al Doctor Sol Drácula había llegado a convertirse en un héroe con la siguiente trama le veremos actuar como un enamorado. El argumento parece centrarse en la Quimera, un objeto mágico de poder inimaginable con el que Drácula podría dominar el mundo, pero lo cierto es que lo que acaba seduciendo al lector es el retorcido triángulo amoroso que atrapa a Drácula, Shiela Wittier y el judío David Eschol. Su inesperada resolución, con Drácula en el papel de amante despechado, nos deja una vez más percibir la visión alterada de la vida y las costumbres humanas que tiene el señor de los no muertos.

La Quimera, formada por tres piezas de león, cabra y dragón

A estas alturas Tomb of Dracula era un éxito de ventas, con entre 200.000 y los 300.000 ejemplares al mes. No sólo se utilizó al personaje en un crossover para intentar animar las ventas de la primera colección de terror cancelada, Monster of Frankenstein, sino que llegó a protagonizar historias cortas en el magazine Dracula Lives! y cinco números extra, los Giant-Size Dracula. Sin embargo, de esta última sólo el primero de ellos tuvo relación con la trama de la colección principal y estuvo realizado por Wolfman y Colan, los otros son bastante prescindibles a pesar de estar escritos por Chris Claremont. En ese número se presentó a Lilith, una hija que Drácula tuvo en un matrimonio anterior a su transformación en vampiro y que fue convertida en una chupadora de sangre mediante el hechizo de una gitana. Lilith es condenada a tener un alma inmortal que no descanse hasta que Drácula muera también, aunque no siente la necesidad de sangre ni le afecta la luz o los símbolos sagrados. En caso de haber muerto, su espíritu renace en cualquier mujer que odie a su propio padre tanto como Lilith odia al suyo.

Respecto a Dracula Lives!, la colección estuvo compuesta por 13 números y un annual formado por reediciones. Estas historias cortas estaban escritas y dibujadas por una gran variedad de autores y se ambientaban en diferentes épocas y lugares (hay incluso historias de vampiros en el far west, contra nazis en la 2ªGM, un encuentro con el Solomon Kane de Robert E. Howard, etc.). Destacan dos historias sobre el resto. La primera, ambientada en el presente, involucra al monje Montesi del Vaticano, que leyendo el Darkhold (el grimorio de instrucciones mágicas del universo Marvel) descubrió un encantamiento en un lenguaje desconocido con el que se podía destruir a un vampiro. El enciclopedista Roger Stern no olvidaría este pequeño relato del Dracula Lives! #6 y lo recuperaría unos años después. La otra historia es una adaptación del libro escrito por Bram Stoker, realizada por Roy Thomas y Dick Giordano, que quedaría inconclusa debido a la cancelación de este tipo de revistas.

La primera apacición de Lilith

¿Cómo consigue Tomb of Dracula destacar entre sus compañeras? La explicación que dan algunos es la falta de supervisión editorial. Debido a que Roy Thomas se encontraba demasiado ocupado como para controlar la calidad de todos los cómics de la editorial, muchos guionistas se convirtieron en editores de-facto de sus propias series. Esto perjudicó a bastantes colecciones que podrían haber mejorado con los consejos de un editor, pero ése no era afortunadamente el caso de la Tumba de Drácula.

Una pequeña curiosidad para terminar: las primeras once páginas del número #24 fueron robadas de las oficinas de Marvel. Por suerte, las páginas a lápiz dibujadas por Colan habían sido fotocopiadas y Palmer pudo trabajar a partir de ellas. Una de éstas acabó apareciendo en el mercado de originales pero todavía no se sabe quién tiene el resto.

Continúa en: Dos escritores de novelas de vampiros le salvan la vida a Drácula

2 comentarios:

tristan dijo...

Peúbe,

apasionante colección de postS sobre una serie que tenía bastante descuidada. Le daré una oportunidad ya que el gusanillo se ha despertado con fuerza.

Saludos.

Peúbe dijo...

Gracias por el comentario. No exagero si digo que esta colección fue de lo mejor que se publicó en su época. Puede intimidar un poco porque parece una colección que sólo pretende asustar a los lectores, pero las tramas van mucho más allá. Ya me contarás, o lo comentarás en tu blog ;)